viernes, octubre 10, 2008

Las palabras en el cine


Noviembre 7, 1951

…¿Me pregunta usted cómo se puede sobrevivir a Hollywood?

Es cierto que si uno es un escritor, la mayor parte del trabajo se ve desperdiciada.

Un escritor que sea verdaderamente creador debe hacerse director, lo cual significa que, además de creador, debe ser física y moralmente duro. De lo contrario, para el tiempo en que haya sido lo suficientemente vapuleado como para haber aprendido a escribir un guión que pueda ser filmado, es decir al modo de la cámara y no simplemente de la literatura, habrá perdido probablemente todo su ímpetu.

Si se va a Hollywood nada más que a hacer plata, hay que reconocerlo con el más absoluto cinismo, sin que a uno le importe demasiado lo que haga. Y si uno cree realmente en el arte del cine, es una tarea a largo plazo y hay que olvidarse de escribir otra cosa. Preocuparse de las palabras por las palabras mismas resulta fatal para el buen cine. No son el objetivo del cine. No es la pasión de mi vida, pero podría haberla sido si hubiera empezado veinte años atrás. Pero veinte años atrás nunca hubiera podido llegar allí, y esto es válido para mucha otra gente. A uno no lo quieren hasta que se haya hecho un nombre, y para cuando uno se ha hecho un nombre, ha desarrollado un tipo de talento que ellos no pueden usar. Todo lo que harán es arruinarlo, si uno los deja. Las mejores escenas que escribí en mi vida eran prácticamente monosilábicas. Y la mejor escena corta que escribí, según mi opinión personal, es una en que una muchacha dice “iuju” tres veces con tres entonaciones distintas, y nada más que eso.

Raymond Chandler.