domingo, septiembre 28, 2008

Francois Ozon: 8 mujeres y Tiempo de vivir


Francois Ozon se ha convertido en uno de mis cineastas predilectos. Su increíble versatilidad, su alborotadora sexualidad, su provocadora crudeza y su insondable sensibilidad, convierten a cada uno de sus filmes en obras fascinantes e indispensables. A corta edad se abrió paso en la labor cinematográfica y se le agrupó dentro de los llamados enfants terribles del cine francés. Su desparpajo, preciosismo, pulcritud y brutal realismo rozan una perfección narrativa y estilística. Ha alcanzado el cielo cinéfilo con obras de gran envergadura dramática y trascendencia psicológica (Vida en pareja, Bajo la arena, Tiempo de vivir) y, también, ha derrochado belleza en géneros más alternativos y menos pretenciosos (Sitcom, La piscina, 8 mujeres). Aquella ductilidad es el reflejo de su profunda mirada y sentido artístico. En sus películas, el sexo se desenvuelve como revestimiento estético y motor fundamental, tanto de los personajes como de las atmósferas. Otras de sus constantes son la elegancia, la seducción, la latente poesía, la belleza y la purulencia. El cine de Ozon embelesa, estremece, repugna, conmueve, hipnotiza. Dicho de otra forma, sus filmes sublimemente constituyen cine.

8 mujeres: suntuosa, chic, juguetona, teatral. Un deleite policíaco. Un asesinato y 8 sospechosas. Ozon toma la premisa clásica del género policial y la decora a su antojo, vale decir, inunda la pantalla de color, hermosura, erotismo, delicadeza y lírica. Si bien la intriga se extiende durante toda la cinta, el desarrollo también está cargado de revelaciones, morbo, comedia, enredos y actuaciones de nivel superlativo. Catherine Deneuve, Fanny Ardant, Emmanuelle Béart, Virginie Ledoyen, entre otras féminas fatales de la escena francesa, se lucen en una cinta hecha para su ostentación. El desenlace sólo es la deliciosa guinda de la exquisita torta. El filme nos presenta a 8 mujeres aisladas en un refinado y multicolor caserón en la nieve y, armoniosamente, nos cuenta sus secretos a medida que se resuelve el fatal crimen cometido contra el único hombre de la casa. Junto a un sofisticado y crítico humor, la cinta ofrece un festín de femineidad en sus diversas facetas: gracia, ternura, sensualidad, frescura, clase, lubricidad, rencor, envidia. Y a intervalos, además, nos brinda finos cortes musicales cantados y bailados por las actrices. 8 mujeres logra momentos de gran virtuosismo e intensidad dramática, pero por sobretodo es una exquisitez que busca agasajar el paladar del espectador. Una delicia, un placer, un encanto, un postre. Y al mismo tiempo un filme policial dotado de todas las piezas para hacerlo perfecto.

Tiempo de vivir: Un joven gay en su esplendor profesional es sentenciado a morir en tres meses debido a un cáncer terminal. La idea es tan común como la de cualquier cinta que pillemos en el cable, sin embargo, hay una diferencia radical: la forma. La homosexualidad es humanizada con escenas de un realismo desinhibido y franco, y el proceso de aceptación del protagonista carece por completo del lloriqueo y la sensiblería facilista a la que nos tiene acostumbrados el cine comercial. Al contrario, la película goza de una austeridad y belleza generadora de un estremecimiento interno, desgarrador, angustioso, mucho más incómodo que la lágrima barata y fácil. Una poesía hermosa y terrible emana del relato, más aún en ese catártico final. Tiempo de vivir canaliza las mejores características de Ozon y se transforma en una cinta importante, trascendente, digna de revisar cada cierto tiempo. El desenlace del filme es sólo el comienzo; el comienzo de la intranquilidad, la reflexión y la perturbación. Cuesta sacar la película de la cabeza. Conmueve de una manera indirecta, inconciente, laboriosa. El recorrido del protagonista no es el tradicional, sino que vive su duelo de manera egoísta, íntima, incorrecta. No intenta enmendar sus errores ni disfrutar sus últimos días, únicamente busca, creo, una suerte de paz. El enfoque despiadado y sexual de Ozon reviste a la cinta de un manto realista e hiperrealista que resulta repulsivo y fascinante, tal como lo es la vida misma. Tiempo de vivir es un filme de tal belleza y grandeza que verlo es un imperativo cinéfilo. Es un peso pesado, por decirlo así.

miércoles, septiembre 10, 2008

El misterio del hombre del maletín*


PRIMERA PARTE.

I.
Soy noctámbulo, no recuerdo desde cuándo. Me acuesto cerca de las 8 y despierto casi a las 13 horas. Durante mucho tiempo no le trabajé un peso a nadie, más del que hubiese querido. Bebía, veía televisión, divagaba. Desde la muerte de mi padre, nadie se atrevía a formularme regaño alguno. Hasta que colapsé. Pasé un mes, tal vez dos, tumbado en mi cama. Nadie acudió. Una tarde, instintivamente, me levanté. Compré el diario y ojeé la sección de empleos. Un conciso anuncio llamó mi atención: se requiere recepcionista en horario nocturno para motel. La frase remataba con un número telefónico. El universo me volvía a sonreír.

II.
Corría el tercer mes de trabajo. El motel se llamaba “La novia fugitiva” y se encontraba en una calle a trasmano. Digamos que absorbía a un sector socioeconómico medio-bajo. No había camas en forma de corazón, espejos en el techo, jacuzzi, televisión con programación especial ni servicio de restaurante. Y si había iluminación a medias, no era precisamente por una razón estética. Las unidades elementales de la actividad motelera, sin embargo, estaban: la pieza, el catre y el baño.



* Este cuento obtuvo una mención honrosa en la séptima versión del Concurso literario "Mi vida y mi trabajo" del año 2008.

jueves, septiembre 04, 2008

¡Agregué a Locke, Linus y Desmond a msn!