sábado, noviembre 28, 2009

Fierrazo (cortometraje)

A modo de presentación, digamos que más que un cortometraje "Fierrazo" es una humorada entre amigos y una excusa para filmar lo que sea; una excusa útil, porque me permitió usar un programa de edición de video y tener en cuenta incontables errores de grabación para próximos proyectos. Además, "Fierrazo" viene a ser el ansiado primer cortometraje tras dos intentos anteriores con mi grupete de amigos; intentos que dejaron pocas escenas y muchas anécdotas, algunas bastante penosas. "Fierrazo" surgió de la necesidad de reducir actores, ideas y tiempo al mínimo, con el codiciado objeto de por fin ver algo en la pantalla, aunque sea imperfecto. Pese a todo, la idea es que sigamos tratando de hacer cortometrajes, los que seguramente irán mejorando poco a poco.


Señoras y señores, sin más preámbulos: “Fierrazo”.


jueves, noviembre 19, 2009

Breve divagación en torno a “Bastardos sin gloria”


Comencemos diciendo que la película me encantó. No es de esos filmes trascendentales que aparecen una vez por lustro, pero sí es una sobresaliente cinta. Aclaro esto con tal simpleza porque no me extenderé en sus virtudes, sino que justamente en todo lo contrario, ya que pienso que es lo más debatible y analizable.

Sabemos que la narrativa de Tarantino tiene un notorio sello (llámese también estilo, forma, revestimiento e incluso estructura), pero me surge el predicamento acerca de qué debe primar: ¿la historia o el sello? El que goza de una lógica implacable podrá pensar que es una pregunta manoseada y me responderá que ambos deben complementarse. Y el que le da una vuelta más, podrá decirme que en el cine primero viene la historia y luego el estilo. En fin. El punto es que esta historia en particular es ingeniosa y con momentos brillantes, como el inicio del filme, ciertos diálogos y aquella escena en el bar-sótano, pero se ve pululada por intromisiones. Me refiero a ese maletín de recursos estilísticos que a ratos saca a relucir Tarantino, como diciendo “aquí estoy yo”. Que no se malentienda: divierten, pero también entorpecen. Está claro que en Kill Bill y Death Proof calzan, pero siento que aquí quitan fuerza a la narración. Asimismo, el progresivo humorismo en el personaje de Brad Pitt (teniente Aldo “El apache” Raine) también me inquieta, vale decir, me hace pensar que el tono de la cinta es un tanto ambiguo. Concluyendo: me parece que los mejores momentos del filme se dan cuando Tarantino se pone al servicio de la historia, más que cuando la historia se pone al servicio de Tarantino.

lunes, noviembre 09, 2009

Simplemente no necesitaban secuela











Entre muchas otras.