Podríamos empezar diciendo que la foto está de lujo. Una película con ese poster no puede ser mala, ¿o si? En realidad hay miles de filmes con afiches llamativos y que son un bodrio. Éste no es el caso. La elegancia de la imagen se condice con su desarrollo. A tale of two sisters es una cinta de terror con clase. Olvídense de El juego del miedo, Hostal y todas esas peliculillas gringas, aquí al terror se lo trata con respeto.
Para variar, es sur coreana. Hace rato que Corea del sur es cuna de grandes películas, basta con nombrar a Old boy y The host. Vamos al grano: la peli se centra en dos hermanas que tras salir de la institución mental a la que ingresan luego de la muerte de su madre, vuelven a casa a vivir con su padre y su madrastra.
Seamos honestos, la trama es compleja. Juega con la esquizofrenia hasta el punto en que no entendemos nada. Pero tranquilos, de a poco el misterio se va develando. Quien está acostumbrado a la narrativa gringa dirá que es lenta, y es cierto, la cinta se toma todo el tiempo del mundo para llegar al punto. El espectador más experimentado, en cambio, apreciará la fineza y meticulosidad de la filmación. En definitiva, ambos se sumergirán en la terrorífica atmósfera que se va cerniendo.
La fotografía y la música -o el sonido- calzan como anillo al dedo. Están simplemente magistrales. El terror se fortalece con ellas. El aire se torna irrespirable. Pocas veces he visto planos e imágenes tan bellas y horrorosas a la vez.
Mucho más a menudo que los occidentales, los orientales usan el ámbito del horror y lo sobrenatural para narrar heridas profundas, traiciones o secretos. Supongo que es por su cultura. Aquello está presente aquí. El terror es la forma y el fondo.
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